Debemos ser sinceros, para advertir la poca vergüenza de un presidente del Gobierno español, el cual, a pesar de estar cercado por una cantidad ingente de casos de corrupción, que acusan de delitos graves a personajes de su entorno más cercano e íntimo, como su propia mujer, o estrechos colaboradores dentro de su partido y de su Gobierno, deja notar ante las cámaras, sin el mayor sonrojo, una amplia sonrisa, e, incluso, carcajada.

Pedro Sánchez Pérez-Castejón, se aferra al sillón del poder en España, como el General Franco lo hacía en su momento, después de haber colonizado la administración pública de comisarios políticos, de haber inutilizado los órganos de control de la gestión gubernamental, y de haber asaltado las principales empresas españolas, en una serie de acciones antidemocráticas, que, sin duda, persiguen establecer una nueva dictadura en España.

Este señor tan divertido, cuya política consiste en pedir dinero a la señora Ursula Von der Leyen, para endeudar a los españoles hasta las trancas, mientras hace un uso completamente opaco de todo este chorro de Euros entrando desde la Unión Europea, que, teniendo en cuenta la corrupción destapada, nos hace sospechar sobre el destino que se le puede estar brindando, es, además, un señor muy listo, porque, a pesar de utilizar un discurso verbal de izquierdas, está empleando medios de control político de lo que la izquierda tildaba, propio de la “derechona”: recorte de derechos fundamentales, y censura.

Todo lo que pudiera constituir algún tipo de inquietud a cerca de la estafa político-social, que se fragua cada día, desde las instancias del poder en España, copadas por este señor risueño, que miente en cada cuatro de cinco palabras que dice, es vetado u obstaculizado, cuando no descabezado, o atacado con agresividad.

Si nos dejáramos guiar por sus juegos de palabras, y su sonrisa jocosa y socarrona, sin atender a ningún otro tipo de análisis en mayor profundidad, podríamos pensar que España es un país feliz, donde todo va de maravilla. La triste realidad es que este señor, que no me hace ni pizca de gracia, ha establecido en España el “pan y circo” del cachondeo permanente, de la fiesta y de la juerga continuas, así como de la promoción de los vagos y maleantes.

Estamos ante una falsa izquierda, la izquierda política que sirve de tapadera a unos presuntos delincuentes, apoyados en un discurso de mentirijilla, en manos negras que sobornan y que compran voluntades, o que facilitan la comprensión incomprensiva del establecimiento en el poder de España, de lo que el periodista José María García, llamaba: “Chupópteros”, es decir, una camarilla que vive del esfuerzo de los españoles, aportando a penas nada más allá de lo relacionado con su anclaje al poder, del que abusan, robando derechos a los españoles, e, incluso, violando los derechos humanos hasta la lesa humanidad, como puedo confirmar en primera persona.

FRAN AUDIJE
Fotografía Facebook.
Madrid, España, 10 de octubre 2025.
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