Por: Raúl Jiménez Lescas
Correo: rjlescas@gmail.com

Morelia,Michoacán, 17 de febrero del 2023

Eres ¡Oh! Patria bella, muy amada:
¡Dios quiera que ese amor eterno sea!
¡Que seas del mundo entero respetada!
¡Que seas grande, muy grande, y yo lo vea!
Poesía de Dolores Jiménez Muro
«Olvidadas mujeres de la revolución. Dolores Jiménez y Muro. Poemas». http://www.jornada.com.mx. Consultado el 16 de febrero de 2018.

Nació en Aguascalientes pero se formó en el Potosí Mexicano. Ahora será el nombre del Sindicato Nacional que la inmortalizará, como se debe a tan grande, muy grande revolucionaria, maestra y poeta ¡Y yo lo vea!

Nació en el año de la Revolución Continental Europea de 1848 y de la ocupación yanqui en su Guerra de Conquista contra nuestra Patria; murió en CDMX. Ha sido mencionada en 14 obras históricas y en varios diarios, además es una novela llamada “La Maestrita”, de María Luisa Ocampo (1967) y, desde la Historia de SLP hasta el gran intelectual revolucionario, estadunidense-mexicano-canadiense, mi abuelito político, James D. Cockroft que me la mencionó en su obra monumental: Precursores intelectuales de la Revolución Mexicana. Y en efecto, fue de las precursoras de nuestra gran Revolución.

Las investigadoras del Colegio de San Luís, Oresta López y Varinia Hernández, dicen de ella, y creo que no faltan a la verdad: “Periodista, fundadora de grupos políticos de obreros y de mujeres, de diarios y revistas, estratega y dirigente de protestas públicas. Su talento, autonomía y energía revolucionaria, constituyen un hito en la historia de las mujeres mexicanas”, por eso nuestro Sindicato Nacional de Docentes y Administrativos le honra con su nombre, que no estará inscrito en letras de oro en las Cámaras de Diputados, pero sí en nuestros corazones sindicales.

¿Una de las precursoras intelectuales de nuestra Revolución? ¿Exageramos? Para nada. Las investigadoras lo afirman:
“Entre el olvido y la memoria, el nombre de Dolores Jiménez y Muro aparece como signo de autonomía femenina y rebeldía revolucionaria por un hecho registrado en la historia: fue ella quien reunió ideas y les dio forma precisa hasta conformar el Plan político y social de Tacubaya y, posteriormente, el prólogo del Plan de Ayala.
“A partir de este documento, escrito con la caligrafía cuidada de ‘la culta y abnegada escritora revolucionaria’ -como la calificará Gildardo Magaña en su libro-, se constata su colaboración intelectual y organizativa al lado de los grupos conspiradores que actuaban con Camilo Arriaga.”

El General Gildardo Magaña, sucesor de Zapata, escribió en su obra: “La señorita Jiménez y Muro, digna representante del esfuerzo de la mujer mexicana en pro del movimiento social en México, se incorporó posteriormente a la causa de Zapata, quien siempre la distinguió y le guardó las consideraciones a que era acreedora aquella insigne y patriota revolucionaria.”

Estuvo dos veces presa por las fuerzas porfirianas: primero por su participación en la revista femenina Vésper, junto a las inolvidables Juana Belén y Elisa Acuña en 1903; y en segunda ocasión, en 1910, el año de la Revolución. De la prisión salió para unirse a los Hermanos Flores Magón del PLM.

Y era incansable, como nuestras compañeras que lucharon por este Sindicato Nacional. Impulsó la primera campaña de alfabetización al formar parte de la Secretaría de Educación Pública con José Vasconcelos y activista de las Misiones Culturales. Dice la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que “Durante ocho años más continuó vigente con tareas periodísticas en el Anáhuac y en el Correo de las Señoras, mientras que en el ámbito literario reunió algunos de sus poemas en el libro Rayo de Luz.”

Nuestra Dolores Jiménez y Muro nos dejó el 15 de octubre de 1925 pero no se ha extinguido la Antorcha de la Revolución. Proponemos recordar cada 7 de junio, aniversario de su natalicio y cada 15 de octubre, aniversario luctuoso.