Por Luis Mac Gregor Arroyo La foto es de Jacub Gomez en Pexels-Pixabay
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Un Día Más para Vivir: El comensal vio a Daylight destacar entre la multitud. Un hombre de piel blanca. Tras estar en una celda por casi cuatro años en cautiverio, tenía una herida en su brazo izquierdo a medio cicatrizar. Iba en camisa. Su alma estaba un poco menos amarillenta en cuatro lugares; pero estaría bien. Su mirada, no requería de lentes. Veía perfectamente. Un moretón en la mano. Otro en la pierna derecha. Cicatrices que casi desaparecían debajo de los ojos. Su piel casi descarapelada en varios lugares. Se le veía un poco diferente pero su entereza era casi la misma. Es más, era el mismo de hace años. Estaba más firme que años recientes. El lavado de cerebro no surtió efecto. Mong fallecía; pero Daylight observó a una mujer de piel clara. La mujer volteó a verlo: <<¿¿Y bien?? ¿Acaso los peces grandes no se dan festines?>>. Un poco lento por lo acontecido por más de 43 meses concretó la mirada que tenía sobre de ella: <>, dijo levantando con un estilo casi imperceptible la parte superior del labio superior derecho, y se fueron los dos a otro lado.
En la mesa junto al comensal Mong, falleciendo, observó a una mujer de cabello obscuro. Sumamente atractiva, con una mirada de locura inocultable: Una persona desquiciada. Nuestro amigo quien ya llevaba algún rato degustando, pensó acerca del hombre más malvado del cosmos: <>. La fémina vio al villano disgustada: <<¡Qué me ve!>>. A él casi se le sale la razón de escucharla. Ella guiñó el ojo con cejas torneadas con una malignidad tan natural, que se ocultaba. El hombre titubeó. Los de alrededor igual. El hombre demonio y la mujer quien alguna vez tuvo un “poquitito” de humanidad, se perdieron en una neblina que vino de la nada. Desde entonces no se ha vuelto a saber de ellos.
Daylight por alguna razón difícil de entender para los no conocedores volteó a verlos de reojo. En ese momento entendió: <>, y se perdió con la mujer de audaz de algún lugar en particular.
Por cierto la mujer con quien se retiró Mong tuvo otro día para vivir. Pero eso… ya no fue leyenda.
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